JOAQUÍn MASMITJÁ preocupado
por la familia
«Sed perfectos como es
perfecto vuestro Padre celestial»: la perfección que acerca a las familias al
Padre que está en los cielos es ese «algo más» de vida que se ofrece más allá
del propio núcleo familiar, una huella de ese amor superabundante que Dios
infunde en sus criaturas.
Numerosas familias abren la
puerta de casa a la acogida, se hacen cargo del malestar y de la pobreza de los
demás, o simplemente llaman a la puerta de al lado para preguntar si necesitan
ayuda… O también, acogen a un niño que no tiene familia, ayudan a mantener el
calor familiar donde ha quedado sólo el papá o sólo la mamá, se asocian para
sostener a otras familias en las miles dificultades actuales, enseñando a los
hijos el recíproco apoyo con quien es diferente por raza, lengua, cultura y
religión. Así hacemos que el mundo sea más hermoso y habitable para
todos y se gana en calidad de vida, a beneficio de toda la sociedad.
Joaquín
Masmitjá preocupado por las familias de su tiempo fundó la Congregación
Misioneras Corazón de María orientada a la formación integral de la
persona, de la mujer para que fuera un pilar de la familia. Ofrezcamos
desde la educación la riqueza de relacionarnos desde lo diferente, del mismo
modo que Masmitjà supo mirar y acoger los desafíos de su época y ofrecer desde
la educación respuestas de vida para mejora de la sociedad.
La intuición
educativa de Masmitjà se ha ido concretando a lo largo de la historia. Ha ido
evolucionado. Ha traspasado fronteras. Ha ido más allá de las aulas. Ha
ido abriéndose al diálogo con otras instancias, ha ido colaborando para que
otros actores sociales puedan encontrar su propia identidad cultural,
dotándoles de herramientas éticas e intelectuales que le ayuden a encontrar su
propio valer como personas a dar sentido a sus vidas, descubrir sus capacidades
y razón de ser en este mundo.
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