miércoles, 14 de enero de 2009

BICENTENARIO NACIMIENTO DEL FUNDADOR


1808-29 diciembre-2008

ACCIÓN DE GRACIAS

Tu has sido, Oh mi Señor, para nosotras un refugio a lo largo de la historia. (Sal. 90).
Mil años son para ti como un día, como el día de ayer que ya paso, son como unas pocas horas de la noche.
Doscientos años, son para ti como un suspiro.
Doscientos años, son para nosotras un acontecimiento de gracia, una maravillosa manifestación del soplo de tu Espíritu, un inmenso detalle de tu aliento de vida para la familia MCM.

Como Isaías (25) hoy nosotras decimos: Señor, tu eres nuestro Dios, nosotras te saludamos y celebramos tu nombre,

Meditaste tus proyectos durante mucho tiempo,
Y al mirar nuestra historia, nos gozamos.
Pues, los has llevado a cabo de manera admirable.

Hoy cantamos con el corazón un himno de acción de gracias,

Que hace brotar, desde lo mas hondo de nosotras, sentimientos cálidos de alabanza sincera.
Nuestras entrañas se emocionan al evocar tantos beneficios llevados a cabo por tu gratuidad y misericordia infinita.

Hace doscientos años te pareció bien visitar, aquí en Olot, el hogar de Maria Gracia y Francisco; y al hacer memoria de ese 29 de diciembre de 1808, con actitud contemplativa nosotras nos acercamos a aquella cuna y proclamamos con las palabras del profeta:

“Un niño nos ha nacido,
un hijo se nos ha dado,
…otras y otros proclamarán su nombre,
será un consejero admirable”.

Desde este contexto de Bicentenario,
hoy cantamos con el corazón un himno de acción de gracias.
Y una vez más afirmamos que el surgir de nuestras vidas,

• las características de nuestra existencia,
• nuestras convicciones más íntimas,
• nuestros amores más grandes,
• nuestras opciones y decisiones más importantes,
• nuestros deseos más profundos,
• nuestros sentimientos más hondos,

Solo tú, Señor, conoces su verdadero alcance.
En todo hay siempre “un algo” que escapa absolu-tamente a las previsiones humanas.
Que escapa a las expectativas incluso de aquellos y aquellas que más y mejor nos conocen,
Que más y mejor nos aman, nuestros padres.
¡¡Como iban a imaginar!! Mª Gracia y Francisco la abundancia de dones que traía consigo el pequeño Joaquín:
− Un hombre de bien, un pastor comprometido que ama a su Iglesia,
− un profeta, abierto a las intuiciones del espíritu,
− un hombre, que continuamente fue escrutando los signos de los tiempos,
− un fundador de la talla del P. Masmitjá, no se improvisa, éste nace, crece y se forma en el seno de una familia cristiana, que en el quehacer cotidiano proclama y testimonia los valores del Reino.

Si, hoy desde aquí, desde Olot, cantamos con el corazón un himno agradecido

Si, te damos gracias por tantas maravillas que en nuestro P. Joaquín Masmitjá y de Puig, tú, Señor, has ejecutado.
Pues, tú, Señor, formaste sus entrañas.
Tus ojos ya veían sus acciones cuando lo formabas,
cuando lo tejías en el seno materno,
Su vida, tú, Señor, ya la tenias escrita en tu libro.
Su itinerario en este mundo, tú, ya lo tenias trazado.

Es un privilegio estar aquí, una gracia de elección celebrar la eucaristía en su tierra naciente, el bebió en estas fuentes y desde acá el tuvo la grandeza de mirar hacia un horizonte nuevo.
Aquí se fue gestando un carisma, aquí aconteció para el, él episodio de la Zarza ardiendo:
“ Vi la aflicción de mi pueblo…escuche sus gritos… me acerque para liberarlos.. (Ex. 3)
Aquí se le revelo Dios en rostros de mujeres, niños, niñas, enfermas, obreras explotadas, aquí sus entrañas de pastor se conmovieron porque su gente estaba, cansada, extenuada, deprimida, como ovejas sin pastor. (Mt.9, 35…)

Aquí el carisma se hizo pedagogía, misión educadora, y la Congregación camina, desde sus orígenes, junto al laicado. He aquí, en nombre de la Congregación, mi palabra agradecida para quienes hoy hacen camino con nosotras, desde las escuelas, agrupaciones, movimientos, Organismos de Iglesia u otros colectivos que se hacen eco de:
“yo he venido para que tengan vida…” (Jn. 10,10)

Desde aquí, hoy nosotras, vivimos esta celebración como un reencuentro con el alma de nuestro fundador.

Y por eso una vez más hoy cantamos con el corazón un himno agradecido

Hoy es para nosotras un día de memoria celebrativo. Ello supone: actualizar, dar a conocer y gozarnos en todo aquello que la vida y figura de Joaquín Masmitjá y de Puig representa.
Hacer memoria no es para instalarse o anclarse en el pasado. La memoria nos da luz para el presente y nos conduce por caminos esperanzados de futuro.

No recordamos hoy a un personaje admirado. Hacemos memoria de alguien, con quien nos une una comunión profunda, que nace de la experiencia de una misma llamada de parte de Dios.
Se trata de alguien que ha tenido y sigue teniendo un impacto vital en nuestras vidas.
Con el carisma de Él:
− con ese modo tan propio de sentir a Dios,
− por esa su forma de vivir la relación con María,
− por esa explosión en él de celo misionero, traduciéndolo en su vida en tantas iniciativas,
− Con ese sueño suyo de implicar a otros y otras en el anuncio del Reino.
Es con todo ello y más que sentimos una profunda sintonía y he ahí, la razón de celebrar su memoria.
Si, no cabe duda, hay tantas razones para proclamar convencidas que:
Hoy cantamos con el corazón un himno agradecido

Toda vida humana necesita un centro de gravedad, que vaya llenando de sentido cada uno de sus distintos episodios, que vaya llenando cada una de las etapas que configuran su historia:
Para el P. Masmitjá, ese centro integrador y dinamizador de su vida, fue su relación con Jesucristo.
Una relación que cuidó con esmero y que dejó que moldeara toda su existencia.
Jesús fue ciertamente su punto de referencia, su absoluto,
Por Él se sintió amado,
Por Él se sintió sanado,
Por Él se sintió acogido,
Por Él se sintió acompañado,
Por Él se sintió seducido,
Por Él se sintió enviado

Y desde Él se sintió hombre de Iglesia, pensó y actuó en plena fidelidad a ella.
Como señal distintiva de su carisma supo trasmitir a sus hijas un profundo sentido eclesial del que dio claras muestras durante su ministerio sacerdotal en las circunstancias favorables y adversas de su tiempo.
El supo manifestar una plena comunión y una diligente obediencia a sus pastores.
Y un claro signo, de esa comunión heredada, la vivimos hoy en esta celebración de la Provincia Joaquín Masmitja, manifestada en la presencia de nuestros hermanos sacerdotes, y de nuestros obispos, Monseñor Jaume, Monseñor Carles, Monseñor Francesc, en ustedes se hace presente también esa comunión en los lugares donde hoy estamos presente y hacemos camino junto a otros pastores, como en Tucson, Miami, Cuba, Chile, Francia, Brasil.

Hoy nuestro corazón canta un himno agradecido:
Joaquín Masmitjá y de Puig, es todo un ejemplo de cómo el Señor puede encaminar a quien se pone en sus manos por caminos insospechados.
El nos ofrece un elocuente testimonio de amor apasionado por Dios,
Su vida fue un consumirse por amor al reino y este amor se concretaba en un icono viviente de cercanía a los últimos, a los postergados de siempre (Mt. 25).
Estuve solo y me acompañaste,
No sabía leer ni escribir y me alfabetizaste,
Mi vida no tenia sentido y me evangelizaste,
Estaba enferma, tuberculosa y me visitaste…
Estaba angustiada y me escuchaste, me confesaste, me acogiste…
Nuestro Fundador fue un hombre de alma grande, él nació para armonizar contrastes.
No era de origen humilde, pero se hizo humilde y grande a los ojos de Dios.
Era un hombre de un espíritu gigante y de sencillez contagiosa. Dotado de una autoridad moral que le llevó a asumir grandes responsabilidades,
Era de carácter fuerte y franco que armonizaba con su sentido del humor. Ello queda evidenciado en sus cartas,
pero, también, era un hombre de suave dulzura, trato amable y cercano.

Y si ayer pedía a sus hijas que fuesen religiosas sencillas, acogedoras y alegres, demos gracias a Dios, entonces, por tener el privilegio de acoger el eco de sus palabras, y por las capacidades que el Señor continua poniendo en cada una, para continuar hoy la obra iniciada.

Padre Joaquín tu legado nos acompaña y nos da fuerzas,
Y a ti Señor te decimos:
Enséñanos a escrutar hoy lo que nos pides,
Y a tener un corazón abierto, esperanzado,
Llénanos de tu amor por la mañana,
que podamos caminar, en este nuestro tiempo, alegres y dispuestas
Que la bondad del Señor baje a nosotras,
nos acompañe y ayude en todo lo que hacemos.
Y que cada día nuestro corazón continúe proclamando un canto agradecido.
Para poder decirte, muchas veces, Señor, muchas gracias.

Aurelia Rocco Véliz, mcm

Olot, 28 de diciembre de 2008